(Reuters) - ¿Acaba de pasar los controles de seguridad del aeropuerto y necesita un poco de respiración profunda y unos estiramientos para relajarse?
El aeropuerto de San Francisco, en Estados Unidos, ha abierto lo que denomina la primera de sus salas de yoga, y aunque no tiene la tranquilidad del Tíbet, los funcionarios del aeropuerto señalan que las luces de poca intensidad y las paredes acolchadas azules ayudan a los viajeros a encontrar un oasis de calma en el que relajarse y desestresarse.
"Hasta donde sabemos es la primera (sala de yoga) en un aeropuerto de cualquier lugar del mundo", dijo Michael C. McCarron, director de asuntos comunitarios de la terminal aérea.
McCarron indicó que la idea de la sala, en la recientemente reciclada Terminal 2, provino de la sugerencia de un pasajero. Se une a la sala de reflexión Berman, un espacio para el silencio y la meditación ubicado antes del puesto de seguridad en la Terminal 2.
El director del aeropuerto, John L. Martin, calificó a la sala, que abrió la semana pasada, como "otro avance para brindar a nuestros viajeros la oportunidad y el espacio de relajarse y desestresarse a su manera".
Los arquitectos, de Gensler Design, colocaron luces cálidas de poca intensidad en contraste con la luz y brillo del resto del aeropuerto, según indica un comunicado, y una pared flotante para simbolizar "un espíritu optimista y una mente inteligente".
En primavera se colocarán rocas para asemejarse los jardines Zen de Japón.
John Walsh, gerente del Aeropuerto de San Francisco, dijo que la sala ya está llamando la atención de los viajeros amantes del yoga, muchos de los cuales llegan equipados con sus propias esterillas para realizar el ejercicio.
"He visto personas empleando la sala. Hacen yoga", dijo Walsh. "Nosotros tenemos esterillas, pero algunas personas se traen las suyas propias", agregó.
Ubicada justo después de los controles de seguridad, ideal para las personas que tienen que matar el tiempo antes de su vuelo, en la sala también hay otro tipo de equipamiento para realizar yoga, como sillas especiales, aunque por el momento no hay planes de dar clases.
"Ahora uno tiene la oportunidad de relajarse realmente y preparar el cuerpo para algo tan incómodo como sentarse en un asiento de avión durante horas", dijo el profesor de yoga de Santa Mónica Tamal Dodge.
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